La masticación es una conducta natural en el perro que, por su alimentación de hoy en día (piensos, croquetas) se ha perdido; y es tan necesaria como correr, olfatear, ladrar, cavar hoyos…
Muchos perros no tienen la masticación presente en sus vidas porque sus humanos no saben qué o cómo proporcionársela. En este post encontrarás toda la información sobre ella.
La masticación forma parte de la vida natural en los animales carnívoros o mesocarnívoros, como son nuestros perros. Al alimentarse de presas deben triturar huesos, tendones, nervios… Pero desde hace años eso ha cambiado por nuestra comodidad. La mayor parte de los perros comen pienso procesado, lo que significa que el acto de masticar queda escaso y en muchas ocasiones podemos ver esa necesidad cuando en el paseo mastican palos, por ejemplo, una posibilidad de que sea una sustitución conductual a masticar huesos como lo harían en estado salvaje.
Beneficios de la masticación:
Ayuda a su enriquecimiento ambiental: el enriquecimiento ambiental, entre otras pautas, se caracteriza por añadir en su vida conductas propias de la especie. Si tu perro come pienso, comida húmeda o cocinada, añadir masticación cubrirá una necesidad que puede ayudar en ciertos problemas como la destrucción en el hogar.
Reduce el estrés: La masticación atenúa los aumentos de sustancias en el cuerpo relacionadas con el estrés, lo que le ayudará a reducirlo. Aparte, aumentarán los niveles de dopamina y serotonina en su organismo.
Limpieza dental: gracias a masticar y roer, los snacks o mordedores están en contacto con los dientes y encías, limpiando y cuidando su salud oral, evitando placa y eliminando el sarro que tengan acumulado.
Combate el aburrimiento: es un ejercicio muy entretenido para ellos a nivel mental, por lo que no tienen que buscar un “quéhacer” y poder romper otras cosas.
Estimulación dental: los cachorros necesitan masticar y explorar a través de la boca, por lo que si tu cachorro mastica tus zapatillas u otros objetos “humanos”, no debes castigarlo, sino proporcionarle snacks o mordedores acordes a esta etapa.
Cómo ayuda la masticación
La boca es un foco de emociones (miedo, preocupación, ira…) y es un punto de tensión muy importante. Gracias a la masticación tu perro puede canalizar energía y estrés a través de ella en vez de tener que hacerlo en otras conductas que podrían ser indeseadas. Este acto puede ser una herramienta de afrontamiento ante situaciones estresantes, al igual que nosotros cuando nos mordemos las uñas o apretamos los dientes.
Como hemos visto antes, la masticación ayuda a atenuar las sustancias químicas relacionadas con el estrés y a aumentar hormonas beneficiosas para ellos. Eso se debe a que masticar tiene un efecto calmante en el eje suprarrenal-pituitario liberando endorfinas.
Introducción a la masticación
A la hora de darle un snack a tu perro tienes que tener en cuenta:
Su edad: en qué etapa se encuentra. No es lo mismo la etapa adulta que al ser cachorro.
Su experiencia: ¿Sabe realmente masticar? ¿A qué nivel?
Capacidad: Su tamaño, sus piezas dentales, su sensibilidad y umbrales… Son algunos factores que influyen.
Estado emocional: Es importante que al dar un snack se le dé acorde a este punto, ya que un perro bastante estresado puede aumentar sus niveles si se le da un snack que se le pueda complicar.
¿Cómo comenzar?
Estoy segura de que sabes perfectamente cuáles son los sabores que le gustan a tu perro. Y hoy en día podemos encontrar muchísimos (pescado, pollo, ternera, cerdo, caballo, cordero, conejo…), por lo que este punto es el principal.
Si tu perro no se ve muy motivado por la comida en general, puedes ofrecerle un snack blandito oloroso, se le hará fácil y le llamará la atención.
Observa cómo come ese snack (si se le hace bola, si tarda más de lo normal…).
Progresivamente introduce snacks de mayor dureza, no introduzcas una oreja y al día siguiente un nervio. Puedes ayudarle agarrándolo con la mano y que tu perro mastique el otro extremo para hacérselo más fácil.
Si tu perro es principiante NO alargues mucho la masticación, porque se puede aburrir.
La masticación debe terminar con un estado neutro o de calma, no de sobreactivación.
¿Está gestionando bien?
Aunque la masticación sea beneficiosa y nos ayude como calma pasiva, debemos observar que esté actuando de manera correcta.
¿Tu perro se ve afectado por la novedad? Si cuando introduces una novedad en su vida (cambio, nuevo juguete, nuevo snack) se siente abrumado, es posible que en esta actividad también veas signos de estrés. Utiliza al principio snacks que no llamen mucho su atención y progresivamente, más apetecibles.
Frustración: si le damos un snack que es muy duro o muy grande, puede que tu perro comience a sobreactivarse porque no puede masticarlo bien, o porque lo quiere hacer muy rápido. Pónselo más fácil y ten en cuenta también el entorno en el que está masticando.
Buena masticación: verás a tu perro masticar de manera calmada, con expresión de placer en su rostro (ojos entrecerrados, frente relajada, movimientos relajados). Al terminar no hay una sobreexcitación.
Problemas con la masticación
Ignora el snack: quizá le has ofrecido un snack que se le dificulta, prueba a darle uno más fácil. También puede que tu perro esté bastante saciado y aquí entraría privar vs saciar, durante unos días no le des snacks. Aunque otro motivo podría ser que ese sabor no sea de su agrado, o que no sea el momento ideal.
Frustración: si tu perro jadea, babea, lloriquea, abre mucho los ojos, está tenso… No le estás proporcionando una masticación acorde a sus capacidades. Intercambia el snack que tiene por otro más fácil, de esa manera podrá descargar el estrés que ha acumulado en la masticación y terminarla correctamente.
Engullimiento: se suele ver en casos de perros con protección de recursos o con ansiedad por la comida, muestran una preocupación porque le quiten el snack y solo quieren tragarlo. De ser así, ofrece snacks con poca dureza y a medida que vayas incorporando más duros, ayúdale agarrándolo para que solo se centre en masticar esa parte y no en tragarlo entero.
Tipos de snacks y frecuencia
En este post de Instagram podrás encontrar algunos ejemplos de snacks según su dureza y recomendaciones de la frecuencia para darlos.
Otros ejemplos:
Snacks blandos: boquerones deshidratados, pechuga de pollo, vísceras de cordero, dados de conejo.
Snacks medios: piel de bacalao, morro/oreja de cerdo, cuello de pavo deshidratado.
Snacks duros: pezuña de ternera (rellena y sin rellenar), tráquea deshidratada (rellena y sin rellenar), donut de pescado, barrita del Himalaya.
¿Qué tipo de masticador es tu perro?
Tortuga: Se toman su tiempo para masticar. De un snack blando hacen un chicle y pueden estar 5 minutos. El lamido en estos perros es característico. Para ellos, los snacks olorosos, blanditos y que tengan sabor fuerte son ideales.
Roedor: más que masticar buscan roer, te encontrarás el snack con muchas mordiditas pero que parece que nunca se termina. Los mordedores naturales le irán muy bien.
Depredador: Son los que realizan una masticación normal. Se toman el tiempo necesario. Para estos perros cualquier snack es apropiado.
Caimán: Aquellos que por más snacks que les des tardan 2 minutos en destrozarlo e ingerirlo. Asegúrate de controlar sus niveles de estrés. Los snacks duros y los mordedores naturales serán sus aliados.
Engullidor: Le das el snack y ya lo tiene en la garganta. Comenzando de nuevo con la masticación y evitando dar snacks que le produzcan frustración, puedes enseñarle a masticar. Los snacks medios y los mordedores naturales le vendrán genial.
Como hemos visto, la masticación no la podemos evitar y la debemos de mantener en la vida de nuestros perros, aunque por el tipo de alimentación, a veces tenemos que “enseñarles” de nuevo y no es tan fácil como comprar un hueso y dárselo.
A partir de ahora, asegúrate de que esta necesidad esté cubierta, y que sea de manera segura y acorde a sus capacidades.
¿Tienes alguna duda sobre este tema? ¡Contáctame! lamentedeneron@gmail.com
Estudios de interés sobre la masticación: